domingo, 25 de abril de 2010

Tres libros de Maxence Caron

Maxence Caron, La verité captive. De la philosophie, Le Cerf - Ad Solem, París 2009, 1120 pp.

Se trata del primer tomo de la obra magna del joven filósofo francés Maxence Caron (1976). Según lo indica su propio subtítulo, Système nouveau de la philosophie et de son histoire passée, présente et à venir, Caron ha compuesto los prolegómenos de lo que será, sin duda, el acontecimiento filosófico de comienzos del siglo XXI, denominado por él mismo como Système de l'Éternité, de l'histoire et du temps. La verdad cautiva busca construir un edificio de sentido, y abolir, mediante el pensamiento, toda distinción artificial entre la fe y la razón, entre la literatura y la filosofía. La obra se propone una relectura integral de de la historia a partir de una ontología trinitaria, denunciando el inmanentismo feroz de nuestra propia época y sus epígonos, Lévinas, Derrida y Marion.

Maxence Caron, Pages. Le sens, la musique et les mots, Séguier, París 2009, 433 pp.

Se trata de una compilación de ensayos musicales, filosóficos y literarios, en los cuales el autor muestra, mejor quizás que en su grandes obras sistemáticas, el perfil de sus compromisos filosóficos. Primero que todo, por supuesto, su convicción de que la verdad significa siempre la Verdad, esto es, el Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad. En ningún momento Caron oculta su confesión católica, a partir de la cual procede a estudiar obras de los grandes compositores, como Bruckner, Brahms, Beethoven, Bach, Schubert, Chopin, Richard Strauss, Mahler, Mozart, junto con poetas como Rimbaud, Breton y Valéry, y, por supuesto, a filósofos de cabecera como Pascal, Hegel y Heidegger, sin olvidar a Nietzsche y a Tomás de Aquino. Esto indica que en ningún momento Caron estima que la verdad sea asunto exclusivo de la filosofía, y el verdadero pensador debe estar dispuesto a buscarla no menos en los grandes filósofos que en las grandes obras de arte.

Maxence Caron, La pensée catholique de Jean-Sébastien Bach, Via Romana, Versalles 2010.

El subtítulo de esta obra, La Messe en si, muestra a las claras cuál es su temática. La misa en si menor, en efecto, es, junto con El arte de la fuga, el testamento filosófico de Bach. La Misa, en particular, muestra el verdadero compromiso religioso del último Bach, que ya liberado de las servidumbres palatinas luteranas manifiestas en sus Cantatas, puede, por fin, componer una gran misa católica. Con gran virtuosismo técnico, el autor muestra cómo la firma de B.A.C.H. (si bemol, la, do, si natural) se encuentra inscrita en la estructura misma de la obra y cómo el propio compositor se identifica con la Persona del Hijo, dentro de esa estructura trinitaria que constituye la obra artística y litúrgica.

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